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Estrategias nutricionales claves para la Hepatitis C

¿Qué debe incluir tu alimentación?

Hepatitis Hasta el momento se desconoce la causa de la nueva hepatitis desconocida en niños. (Dreamstime).

Es importante comenzar este artículo, dejando claro que hasta el momento no hay un plan de alimentación específico a seguir si tienes hepatitis C, pero seguir una alimentación balanceada, y reducir ciertos alimentos que carecen de mucho valor nutricional, resulta en un buen punto de partida para el manejo de esta enfermedad.

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El hígado es el órgano encargado en nuestro cuerpo de procesar todo lo que comes y bebes. Es por esto que intentar mantener una alimentación balanceada puede ser un elemento clave para mejorar la salud de su hígado, e incluso puede reducir el impacto de la hepatitis C.

Si tiene hepatitis C, su hígado ya está luchando contra la inflamación que esta enfermedad genera. Con el tiempo, esto puede provocar cicatrices (cirrosis) y una reducción de la función hepática. En otras palabras, su hígado está lidiando con muchas cosas. Es por esto, que los alimentos pueden ayudar a aliviar parte de esta presión.

¿Qué debe incluir tu alimentación?

Obtener los nutrientes adecuados es crucial para tu bienestar general. No solo puede apoyar un sistema inmunológico saludable, sino que también tiene un efecto directo en el control de peso. Es importante mantener tu peso en un rango saludable, especialmente si tienes hepatitis C. Tener obesidad o sobrepeso puede llevar al desarrollo de esteatosis hepática, una enfermedad causada por la acumulación excesiva de grasa en el hígado. Esto puede hacer que la hepatitis C sea más difícil de controlar. Las personas con hepatitis C también tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, por lo que es importante vigilar tu consumo de azúcar.

Hay ciertos grupos de alimentos que deben ser parte de su rutina diaria para el manejo de esta condición. En primer lugar están los grupos de las frutas y vegetales, las frutas y vegetales proporcionan nutrientes como:

  • fibra
  • folato
  • vitamina A
  • vitamina C
  • vitamina B6
  • potasio

Se sugiere un consumo diario de 1 a 3 tazas de vegetales al día. Con el fin de obtener la más amplia gama de vitaminas. Una investigación realizada en el 2013, sugirió que los vegetales de hoja verde pueden ser especialmente útiles para disminuir la composición de ácidos grasos en el hígado. En el grupo de las frutas se sugiere una ingesta diaria de por lo menos 1 taza, para garantizar vitaminas, antioxidantes y fibra.

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El tercer grupo de alimentos al que hay que darle atención es el grupo de las proteínas, los alimentos que contienen proteínas son muy importantes. La proteína ayuda a reparar y reemplazar las células del hígado dañadas por la hepatitis C.

Las principales opciones de proteínas incluyen:

  • nueces (almendras, maní, walnuts, entre otros)
  • granos (lentejas, garbanzos, habichuelas)
  • semillas (semillas de girasol, calabaza, chía y linaza)
  • huevos
  • pescado
  • pollo

La cantidad de proteína que necesitas consumir diariamente depende de tu edad, género y nivel de actividad. Por lo general, de 4 a 6 1/2 onzas de proteína es suficiente por día. Si tienes cirrosis, se le podría recomendar una ingesta de proteínas más alta para reducir el riesgo de pérdida muscular y acumulación de líquidos.

Lácteos

Los productos lácteos, como la leche, el yogur y el queso, son una buena fuente de proteínas y calcio.

Los adultos que no son intolerantes a la lactosa necesitan entre 1 a 2 porciones al día. Esto significa aproximadamente 1 1/2 onzas de queso natural, o 1 taza de leche, yogur o leche de soya.

Granos integrales

Los granos integrales son una buena fuente de fibra, que promueve la función intestinal saludable y reduce el riesgo de enfermedad cardíaca. Los granos integrales incluyen:

  • panes integrales con semillas germinadas
  • pastas integrales, de trigo o de proteínas vegetales
  • arroz integral o salvaje
  • avena integral

Opta por productos integrales en lugar de variedades blancas o refinadas. Los granos enteros suelen ser más altos en:

  • fibra
  • vitaminas B
  • zinc
  • magnesio
  • hierro

Si tienes enfermedad celíaca, come solo granos sin gluten, como el trigo alforfón, quinoa y amaranto. La cantidad de granos que deberías comer depende de tu edad, género y tu nivel de actividad. En promedio, los adultos deben comer alrededor de 3 a 8 onzas de alimentos con granos al día. Al menos la mitad de esas porciones deben ser de alimentos integrales.

Café y cafeína

Si te gusta beber café o té, se ha demostrado que una pequeña cantidad de cafeína (tan solo 100 mg) puede ayudar a proteger contra la fibrosis hepática avanzada en hombres con infección crónica por hepatitis. Se necesita más investigación para comprender mejor estos hallazgos y sus efectos en otros grupos de personas.

Té verde

Otros ingredientes en los alimentos se encuentran en los primeros estudios por sus beneficios potenciales para la hepatitis C crónica, como las catequinas fenólicas del té verde, hasta la fecha sabemos que el té verde tiene propiedades beneficiosas en general, por lo cual agregarlo a tu rutina puede resultar útil a medida que aprendamos más sobre sus efectos sobre la hepatitis C.

Lo que deberías reducir

Las calorías suman, así que piensa tanto en la cantidad como en la calidad. Comer demasiado puede llevar al aumento de peso u obesidad, lo que puede aumentar el riesgo de diabetes. Un profesional de la salud experto en nutrición también puede recomendar otras modificaciones para proteger tu hígado, como una alimentación baja en hierro para la hepatitis C crónica. Esta enfermedad puede conducir a una sobrecarga de hierro en el cuerpo, que puede ser perjudicial.

Estas recomendaciones variarán según tu historial médico y tus necesidades.

En general, debes limitar los alimentos con grandes cantidades de:

  • grasas saturadas
  • sodio
  • grasas trans

Consejos y trucos para una alimentación saludable

Qué puedes hacer:

  • Toma de 6 a 8 vasos de agua y otros líquidos cada día.
  • Crea una rutina de alimentación regular que funcione para ti. Esto podría ser tres comidas moderadas al día, o cuatro a cinco comidas más pequeñas a intervalos regulares.
  • Elige alimentos frescos siempre que puedas. Esto puede ayudar a limitar la cantidad de sodio que podrías ingerir a través de los alimentos.
  • Elige fuentes de proteínas bajas en grasas en lugar de proteínas con mayor contenido de grasas como la carne de res.
  • Enfócate en alimentos enteros, no procesados tanto como sea posible.
  • Para condimentar tu comida, usa sazonadores sin sal o hierbas.

Lo que no debes hacer:

  • Comer más de lo necesario para mantener una salud óptima.
  • Añadir sal a tu comida.
  • Beber bebidas alcohólicas.
  • Consumir muchos alimentos altamente procesados.
  • Depende en gran medida de los suplementos dietéticos para satisfacer tus necesidades diarias de nutrientes, a menos que sea por recomendación de tu médico.

Conclusión

Si vives con hepatitis C, es probable que tus necesidades nutricionales no se alejen mucho de las recomendaciones nutricionales generales, aunque su nutricionista puede proporcionar puntos de referencia específicos para ti. En general, un buen plan de alimentación es aquel que se centra en vegetales, no incluye alcohol, y te ayuda a mantener un peso corporal saludable.

Mantenerte activo es beneficioso en general si padeces hepatitis C, así que habla con tu médico sobre qué cantidad y tipo de ejercicio es adecuado para ti.

La autora es Doctora en Nutrición Clínica Alana Marrero González, MHSN, LND Nutricionista/Dietista y educadora en Diabetes Certificada

alanamarrero@gmail.com

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