Manassas, Virginia - Para muchos puertorriqueños que nacieron y se quedaron en la isla, el sentimiento de patria es fuerte, pero para aquellos que se fueron del país a buscar otras oportunidades, el sentimiento es más profundo. Desde una ciudad en Virginia llamada Manassas, un grupo de boricuas se unieron para celebrar la cultura puertorriqueña.
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Todo comenzó con el matrimonio de Jamary Rosa y Jesús “Ariel” Rosa, ambos nacidos en Estados Unidos de padres puertorriqueños. Aunque los Rosa son segunda generación de boricuas en Estados Unidos, no hay quién les quite la mancha de plátano que llevan con orgullo.
“Cuando uno se va de la isla, uno se lleva la isla en el corazón”, puntualizó Jamary.
El matrimonio corre los fines de semana un negocio de comida puertorriqueña llamado ‘Puerto Rico Café’, y gracias al auge que han tenido decidieron llevar su pasión por Puerto Rico a un evento multitudinario. Así nació “El Festival Puertorriqueño” de Manassas.
Ariel adjudicó que el crecimiento en la comunidad boricua y en su negocio se debe a el querer apoyar a los demás.
“No lo vemos como una competencia, si no como ‘tú abuela cocina así’”, explicó.
De ese mismo modo, contó que recibieron gran apoyo de muchos puertorriqueños fuera del estado.
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Celebrado el sábado pasado, 15 de junio, el casco urbano del pueblo se convirtió en unas fiestas patronales con artesanos, comida y música puertorriqueña.
“Es importante. En esta área, no sabían la diferencia entre un boricua, un mexicano y un salvadoreño”, comentó Ariel.
Este fue el segundo año consecutivo de la celebración, y la asistencia incrementó contabilizando aproximadamente entre 10 mil a 15 mil personas. Tanto fue el impacto en la comunidad que la alcaldesa de Manassas, Michelle Davis-Younger, proclamó el mes de junio como el mes de la cultura puertorriqueña.
“Un orgullo que me dio hasta sentimiento”, comentó Jamary.
Desde el mediodía hasta las 9:00 p. m., los boricuas que asistieron al evento pudieron reconectar con sus raíces y su comunidad.
Sabor boricua
Como parte de la festividad, no faltó el sazón boricua que tanto distingue a la isla. El festival contó con una gran variedad de “food trucks” y kioskos con comida puertorriqueña.
Entre ellos, estaban los reconocidos chefs Luisito de “Aquí Se Come K-Liente”, Grego de “Sabor With Love”, Luisito de “Stressless Cooking”, y el ‘food truck’ reconocido “Doble Gustazo”.
Asimismo, un pedazo de Guavate llegó a Manassas gracias a “La Lechonera DMV” manejado por el chef Richard Torres Melendez quienes llevaron ocho lechones a la barita.
“Empezamos durante la pandemia [COVID-19] en nuestro patio”, contó Torres Melendez.
Este era el segundo año consecutivo en el cual participaba del evento y gracias a la gran acogida tuvo que doblar la cantidad de porciones para esta ocasión.
Asimismo, en cuestión a bebidas, las personas podían disfrutar de una tradicional piña colada o un coquito con café gracias a “Jangueo Mobile Bar” quienes fueron premiados recientemente como “El Mejor Coquito” del área DMV (Distrito de Columbia, Maryland, y Virginia).
Música de la isla
La comida no era lo único que recordaba a Puerto Rico, si no que la música que llevaba el área transportaba a cualquier boricua a unas fiestas patronales.
De tener DJ’s con repertorio en salsa, merengue, bachata, reggaetón, el festival contó con una gran variedad de artistas puertorriqueños en tarima.
El primero en establecer el ambiente fue el trovador Harold Pratts quién vino directamente desde Villalba para llenar el festival de trova puertorriqueña.
Durante sus primeras canciones, la audiencia se mostró un poco tímida, pero gracias a la energía que Pratts emitió el espacio se llenó de personas de diferentes edades recordando la música del campa, como muchos la denominan.
En su repertorio, el trovador es reconocido por su improvisación, un acto que dejó al público complacido.
Asimismo, el ritmo de Max Rosado y ‘7th Street Band’, y Juan Luis Juancho mantuvo las personas bailando.
Elysanij llegó al festival con su “dulce y ruda melodía” mientras que un grupo de personas le llevaron pancartas con su cara y la del locutor Jorge “Molusco” Pabón a lo que la cantante se sonrió.
El cierre estuvo a cargo de la salsa de Luis Figueroa quién interpretó temas de su más reciente EP “Coexistencia”.
“El Festival Puertorriqueño” de Manassas fue el vivo ejemplo que el puertorriqueño siempre buscará de su cultura no importa donde esté, y es un orgullo pertenecer a una comunidad tan vibrante y llena de jolgorio.
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