Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo una de las principales causas de muerte a nivel mundial. El cuidado del corazón es crucial en cada etapa de la vida. El control y la prevención son dos prácticas que deben realizarse de manera permanente, y no sólo a partir de una edad adulta.
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Desde la infancia se deben proveer hábitos alimenticios sanos para prevenir la obesidad. Además, es fundamental estimular la actividad física para evitar el sedentarismo y mantener controles periódicos a lo largo de la vida, así monitorear antecedentes familiares y factores de riesgo
A continuación, se presentan los siguientes consejos de salud cardíaca adaptados a diferentes grupos de edad, para que las personas puedan adoptar prácticas que promuevan un corazón fuerte y resistente a lo largo de sus vidas.
Infancia y adolescencia
- Fomentar una alimentación saludable rica en frutas, verduras y proteínas magras.
- Promover la actividad física regular con deportes o juegos activos.
- Limitar el consumo de alimentos azucarados y procesados. Esto puede ayudar a prevenir el desarrollo de factores de riesgo como la obesidad y el colesterol alto.
- Educar sobre la importancia de evitar el tabaco y el alcohol desde temprana edad.
Juventud y adultez temprana (20-40 años)
- Mantener una rutina de ejercicio constante para fortalecer el corazón.
- Controlar los niveles de colesterol, presión arterial y glucosa.
- Manejar el estrés con técnicas como meditación, yoga o actividades recreativas.
- Dormir entre 7 y 9 horas diarias para permitir la recuperación del cuerpo.
Adultez media y vejez (40+ años)
- Realizar chequeos médicos regulares para detectar factores de riesgo.
- Ajustar la alimentación para reducir el consumo de sodio y grasas saturadas.
- Prestar atención a señales de advertencia como fatiga, dificultad para respirar o dolor en el pecho.
- Mantenerse socialmente activo, ya que el bienestar emocional también influye en la salud del corazón.
¿Cómo ayuda la actividad física a nuestro corazón?
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El ejercicio regular fortalece el músculo cardíaco, mejora la circulación y ayuda a controlar factores de riesgo como la hipertensión, el colesterol alto y la obesidad. Según la American Heart Association (AHA), realizar al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana (como caminar, nadar o montar bicicleta) puede reducir significativamente el riesgo de enfermedades cardíacas, incluso en personas con diagnóstico previo de alguna afección.
Señales de advertencia
Es fundamental estar atentos a síntomas que podrían indicar un problema cardíaco. Dolor o presión en el pecho, dificultad para respirar, fatiga inusual, palpitaciones irregulares y mareos son señales de alerta. Mayo Clinic advierte que estos síntomas pueden ser indicativos de un ataque al corazón o insuficiencia cardíaca y requieren atención médica inmediata.
Si tienes factores de riesgo como antecedentes familiares, hipertensión o diabetes, es vital mantener un seguimiento regular con tu médico. Además, si notas cambios en tu capacidad para realizar actividades físicas cotidianas o presentas síntomas nuevos, consulta a un cardiólogo o a tu equipo de salud. El Departamento de Salud de Puerto Rico recomienda chequeos rutinarios y el monitoreo constante de la presión arterial y el colesterol como parte de una estrategia de prevención (Departamento de Salud de PR, 2023).
Recuerda que el cuidado de tu salud cardiovascular es un compromiso diario. ¡Tu corazón te lo agradecerá!
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