- Evitar la acumulación de polvo y suciedad: Con el tiempo, el polvo y la suciedad pueden acumularse en la parte trasera y en las rejillas de ventilación, lo que dificulta la correcta circulación del aire y reduce la eficiencia energética de la nevera.
- Mejorar la eficiencia energética: Un refrigerador con serpentines sucios tiene que trabajar más para mantener la temperatura adecuada, lo que aumenta el consumo de electricidad y puede acortar la vida útil del electrodoméstico.
- Prevenir la proliferación de plagas: El área detrás de la nevera puede atraer insectos y roedores si se acumulan restos de comida o humedad. Mantenerla limpia ayuda a evitar estas infestaciones.
- Reducir riesgos de incendio: La acumulación de polvo cerca del motor de la nevera y de los cables eléctricos puede representar un riesgo de incendio, especialmente si la ventilación está obstruida.
- Evitar malos olores: A veces, los derrames de líquidos o restos de comida pueden llegar a la parte trasera y generar malos olores con el tiempo.
Para mantener tu nevera en óptimas condiciones, se recomienda limpiar detrás de la nevera al menos una o dos veces al año. Esto se puede hacer moviéndola con cuidado, aspirando el polvo acumulado en los serpentines y limpiando el suelo con un paño húmedo y desinfectante.