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Hace realidad su sueño con BOBET’s Bakehouse

La perseverancia tiene resultados y ejemplo de esto lo es Alejandro Bobet, un joven panadero que abrió su primer negocio en el casco urbano de Río Piedras

El negocio está localizado en Río Piedras
El negocio está localizado en Río Piedras

BOBET’s Bakehouse, su primer proyecto como emprendedor, es un legado a lo que comenzó su abuelo en su panadería y que su papá sigue haciendo por su amor a la masa madre.

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Hoy, siendo parte de una tercera generación de panaderos, Alejandro Bobet hace realidad uno de sus más anhelados proyectos, su bakery BOBET’s Bakehouse en el popular Paseo De Diego, en Río Piedras.

Luego de graduarse del programa de Gestión Culinaria de la Universidad del Este, el ponceño tuvo la oportunidad de trabajar en varios negocios en Puerto Rico, que le ayudaron a entender la industria culinaria local y que, además, quería aventurarse por la confección de pastelería.

Tras estas experiencias, decidió lanzarse como emprendedor, sin embargo, en el camino diversas dificultades aparecieron. Aunque Alejandro no perdió la motivación para seguir trabajando duro y lograrlo, la pandemia por COVID-19 puso en pausa momentánea sus ideas.

Un paréntesis que le ayudó a rebuscar entre sus memorias, a esas sus raíces familiares, y experimentar con el pan, como cuando niño observaba cada detalle en la panadería de su abuelo y hasta su adultez vio a su papá dedicarse a la elaboración de masa madre.

“Le cogí mucho amor, porque a pesar de ser de tercera generación de panaderos, nunca tenía interés. Luego de la pandemia empecé a ver el hacer pan como una terapia. Encontré mágico que, en el caso de la masa madre, que de simplemente agua y sal salga un producto tan maravilloso como lo es un pan”, describió a Sabrosía.

“Entendía que Río Piedras era el lugar perfecto para hacerlo por ese sentido de comunidad que no había experimentando antes”, continuó.

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Su papá le obsequió el secreto de su receta, la cual ha hecho por los pasados 14 años.

En julio del 2023 abrió, oficialmente, su bake house, que ofrece al comensal panes hechos día a día en en lugar (por sus propias manos), pastelería francesa, tartas y emparedados a gusto. Asimismo, cuenta con talleres de panadería, un club de panes (por subscripción y que estrena este año) y el servicio de cenas privadas.

“Mi negocio representa un legado, soy tercera generación de panaderos, para mí fue bien importante honrojar lo que comenzó mi abuelo y lo que todavía mi papá continúa haciendo”, concluyó.

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