La búsqueda de la inmortalidad se remonta a los orígenes de la humanidad, pues el miedo natural por la muerte sin duda nos ha llevado a lo largo de los siglos a conseguir formas naturales o artificiales de extender nuestra vida, pero los egipcios ya tenían un método hace miles de años, te contamos sobre la planta de la inmortalidad y su uso.
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Sin duda alguna, los antiguos egipcios tenían un amplio conocimiento de la medicina natural y el efecto que ciertas platas y sustancias extraída de la tierra tenían en el cuerpo, de hecho, esta planta “milagrosa” era usada como parte del proceso para momificar cuerpos, una práctica muy extendida en dicha época; además se usaba para tratar el asma.
El aloe vera, la plata de la inmortalidad que los egipcios utilizaban hace miles de años para todo tipo de fines
El aloe vera es realmente una especie invasora en muchas regiones del mundo, pero en la antigüedad se utilizaba con fines medicinales y en la actualidad varias personas trabajan en métodos para introducir sus cualidades en nuestro día a día, en búsqueda de mejorar la salud de las personas de una más natural.
Carmen Pérez Díez, jefa del departamento del Antiguo Egipto del museo del Prado en España asegura que “Hay representaciones en cerámicas de 4.500 años antes de Cristo que algunos egiptólogos han identificado como aloe vera”, aclarando que se utilizó con mucha frecuencia en la época faraónica.
Los beneficios de aloe vera con muchos, especialmente en cuento al tratamiento de la piel, pues hidrata, suaviza y ayuda a tratar cualquier tipo de enrojecimiento o herida, lo que la llevó a estar relacionada con la inmortalidad y ser fuente de todo tipo de métodos tanto médicos como espirituales.
El aloe vera, todo un superalimento
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“Empecé a usar el aloe vera porque mi tía tenía un cáncer de páncreas y me contó que su doctor le recomendó el aloe vera para mejorar la digestión, pero decía que estaba muy amargo” contó Miriam Cózar para el medio La Sexta, quien lleva año experimentando con el ingrediente.
“Me pidió que me inventara algo para que se lo pudiera comer y comencé a darle vueltas sobre cómo hacerlo. Al principio no lo sabía porque no hay manual de instrucciones” continuó Cózar, quien aclara que “permite montar y sustituir ingredientes como lácteos, o el gluten”.