La debilidad de muchos, y reconozco que la mía también, en cuanto a dulces se refiere, son las galletas. Su deliciosa textura. Su olor a millas de distancia. Su versatilidad. En fin, las galletas enamoran, y cada una tiene su ocasión.
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Lo cierto es que las galletas (“home made” o comerciales) la mayor parte del tiempo contienen excesivas cantidades de azúcares. Si queremos darle lo mejor a nuestra familia, a continuación te comparto esta deliciosa receta.
¿Cómo se diferencia de una galleta tradicional? Está endulzada con excelentes fuentes de azúcar tales como los dátiles y las pasas. ¿Qué quiere decir eso? Que también están llenas de la tan necesaria fibra (o sea, ¡intestino feliz!). Además no contiene ningún tipo de harina altamente procesada ni blanqueada, cuyos contenido nutricional es prácticamente nulo.
Finalmente, aprovecha esta actividad para compartir con tus hijos, amigos, pareja. La comida que se prepara con amor es la mejor. El tiempo de preparación es sumamente corto. El rendimiento es buenísimo para la semana. Y te sentirás satisfecho de darle a tu cuerpo bocados sanadores como estos. ¡Salud y buen inicio de semestre!
¿Qué hago?
Ingredientes:
1 taza de avena (sin gluten)
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1 taza de dátiles
2 cucharaditas de agua filtrada
1 ½ cucharadita de canela
1 pizca sal de mar
1/4 de taza de pasas (agrega al final de la mezcla)
1/4 de tazas de chispa de chocolate (o nibs de cacao)
¿Qué necesito?
Procedimiento:
Procesa avena hasta pulverizar.
Añade dátiles, agua y canela y continúa procesando hasta que esté a punto de formar una masa.
Agrega pasas y las chispas de cacao. Fnaliza el procesamiento unos segundos más para terminar de incorporar todos los ingredientes.
Forma bolitas y presiona (o coloca la masa sobre un pat de silicon).
Presiona uniformemente hasta alcanzar la altura deseada para la galleta.
Decorar con chispas de cacao.
Llevar al refrigerador u hornear durante 30 minutos a 350F. Si las llevas directo al frío, la mayor parte de los nutrientes permanecerán activos en las galletas (Cuando sometemos nuestra comida a altas temperaturas, sus propiedades disminuyen considerablemente). Si prefieres que estén más crocantes, y el tiempo de vida sea mayor, hornéalas. Una vez retiradas del horno, dejar enfriar a temperatura ambiente y colocarlas en algún recipiente que selle herméticamente.
Colócalas en la lonchera de tus niños.
¡Feliz y saludable regreso a clases!
Por si no lo viste: