Con el calor veraniego los antojos de helados, bebidas frías y hasta limbers comienzan a apoderarse de nuestras cabezas. Con ellos, también, se presentan recuerdos de la niñez.
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Si bien la acción de comprar un limber en compañía de amigos de la infancia forma parte de las memorias de algunos. De igual forma, la alteración de sus precios y sus diferentes recipientes.
El origen de su nombre, según el blog Dialecto Boricua, tiene que ver con la llegada a la Isla del aviador norteamericano Charles A. Lindbergh, a quien se le ofreció ese tipo de bebida.
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