“Es tan rico, espeso, chocolosal es mi Quik, que despacio yo no lo puedo tomar. Que sonido tan triste cuando se acaba”.
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Así cantaba el conejito de Nestlé que marcó la infancia de los niños y jóvenes de la época de los ochenta.
El popular comercial de la marca de chocolate en polvo aún provoca nostalgia.